¿Qué pasaría si la Esfinge de Tebas hubiese sido una persona y no un monstruo? Esta es la premisa con la que la autora Ester Pablos da vida a este retelling del ciclo tebano, haciendo uso de una versión alternativa del mito expuesta en el famoso Diccionario de Mitología Universal de Jean-François Michel Noël. En él, la Esfinge sería en realidad una hija natural del rey Layo que acabó haciéndose cargo de la difícil tarea de elegir a su sucesor en el trono de Tebas tras la muerte de este.
Parte (falsa) novela histórica, parte reelaboración del mito (la autora lo llama mito “historizado”), El reino de la Esfinge está inscrita en lo que ahora se llama novela new adult; es decir, enfocada al público adolescente pero con algún toque más maduro. Quizá por ello, o por la destreza propia de la autora, nos encontramos ante un libro muy entretenido, de lectura ágil y desarrollo atrayente que conseguirá fácilmente capturar al lector. Precisamente el uso de capítulos cortos ayudará —y mucho— a que devoremos el libro y seamos incapaces de quedarnos estancados en su lectura. Pero sobre todo lo hará la historia.
¿Y cuál es la historia? Avante, princesa tebana, es la protagonista indiscutible de El reino de la Esfinge. Hija del rey Layo y de una concubina llamada Asteria, Avante se cría junto a sus tres hermanos varones en el palacio de su padre, lo que alimentará el odio de la reina Yocasta, incapaz de darle hijos legítimos al rey. Tras varias intrigas palaciegas, que no destriparemos aquí (pero que uno puede imaginar si conoce un poco por encima el mito en que se basa), la sucesión de Tebas se convierte en un auténtico juego de tronos que cambiará de un día para otro la vida de nuestra protagonista y que, ya de paso, hará que nosotros no podamos dejar de leer. Además de una protagonista fuerte, completarán el cóctel unos antagonistas muy malvados pero complejos y unos compañeros ideales. Para los más viajeros incluso hay una historia paralela que transcurre en Egipto (para mí la parte más floja), pero que igualmente tiene cierto atractivo. Y sí, también hay un bonito, aunque algo trastabillado, romance.
De fondo, un contexto histórico más o menos bien conseguido; aunque para un historiador aficionado a los mitos griegos como yo es inevitable resaltar que hay ciertos fallos cronológicos “graves” (aunque tampoco vamos a hacer drama por ello, claro). La novela se ambienta en el año 756 a. C. y sucesivos, pero al principio de la novela hay varias referencias a la incipiente llegada de la democracia a Atenas, que como sabemos no se instaurará hasta finales del siglo VI a. C. Por otro lado, en una escena de juegos infantiles muy bonita, se habla de la Guerra de Troya, que históricamente quedaría bastante lejos de esta época (alrededor del 1200 a. C.); pero, sin embargo, durante la novela veremos aparecer personajes como Heracles, que es de una generación anterior a la de los héroes que participaron en dicha contienda. ¿Llama la atención este desfase temporal? Sí. ¿Hace que te salgas completamente de la historia? Pues, siendo sincero, la verdad es que no mucho. Y si yo lo he podido dejar pasar sin problema seguro que vosotros también.
Por lo tanto no me queda sino recomendar esta novela, que le da una buena vuelta de tuerca al mito de Edipo, a todos los amantes de la mitología griega, y en especial a aquellos que se sientan inspirados a fantasear con versiones alternativas. Esta no os defraudará.
Autora: Ester Pablos
Editorial: Autopublicado
Año: 2020
Nº de páginas: 582
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