El abandono de Filoctetes

Filoctetes, hijo del rey de Melibea, es célebre por ser quien encendió la pira de Heracles a su muerte y recibió de él su arco y sus flechas. Pero, además, había sido uno de los pretendientes de Helena por lo que, tras el rapto de Paris, estaba obligado por su juramento a unirse a la expedición aquea.

Sin embargo, el héroe no llegaría a su destino. Camino a Troya, durante un sacrificio en honor a Apolo, una serpiente salió de detrás del altar y lo mordió. La herida emanaba un olor tan nauseabundo que Agamenón, instigado por Odiseo, decidió abandonarlo en la isla de Lemnos.

Allí sobrevivió gracias a su pericia con el arco, cazando aves y viviendo en una cueva, maldiciendo día tras día a los responsables de su desgracia.

Años después, cuando se cumplía una década del inicio de la guerra, los aqueos seguían sin poder tomar la ciudad y Calcante, el adivino, vaticinó que sería imposible si no contaban con el arco y las flechas de Heracles. Por ello, Odiseo partió en su busca acompañado de Diomedes[1]. Ambos consiguieron llevarse consigo a Filoctetes, bien convenciéndolo o bien mediante engaño.

Cuando llegó a la costa de Ilión, Podalirio, hijo de Asclepio, curó su herida. A partir de ahí, su papel fue clave, puesto que tradicionalmente se le atribuye el certero disparo que acabó con la vida de Paris. Eso llevó a que Héleno y Deífobo, hermanos del difunto Paris, se disputaran la mano de Helena y a que Héleno acabara huyendo de la ciudad y siendo capturado por los aqueos. Él fue quien les contó los últimos requisitos para poder obtener la victoria.

Según la Odisea, Filoctetes llegó sano y salvo a su casa tras la guerra. Aunque, según Apolodoro, antes viviría aventuras en Italia, en concreto en la zona de Campania.

Notas

[1] En otras versiones en Neoptólemo quien lo acompaña.