Atalanta fue una heroína beocia conocida por sus grandes hazañas. Es considerada tradicionalmente hija del rey Esqueleo, aunque para Apolodoro[i] sería hija de Yaso y Clímene. Según esta versión su padre, que deseaba únicamente hijos varones, la abandonó al poco de nacer. Antes de ser encontrada y criada por unos cazadores, la pequeña Atalanta sobrevivió en el bosque gracias a que fue amamantada por una osa durante sus primeros días de vida; y es por ello que consagró su vida a la diosa Ártemis. Por lo tanto, fiel a esta diosa, Atalanta prometió permanecer virgen y renunciar al matrimonio.

Durante su juventud participó en la cacería del jabalí de Calidón, llegando a ser la primera en herir al animal. Aunque fue Meleagro quien lo remató, éste le entregó la piel de la bestia a Atalanta como muestra de respeto y amor (a pesar de estar casado con Cleopatra, hija de Idas y Marpesa).

Atalanta logró gran fama tras esta cacería y, especialmente, después de vencer a Peleo (padre de Aquiles) en los juegos fúnebres en honor a Pelias.

Fue también, quizás, una de los Argonautas que partieron en busca del vellocino de oro junto a Jasón, aunque otras versiones[ii] señalan que a pesar de que Atalanta se presentó voluntaria para la expedición, Jasón se vio obligado a prescindir de ella para no crear enfrentamientos entre la tripulación, que tratarían irremediablemente de obtener su amor.

Como habíamos dicho antes, Atalanta había sido tradicionalmente contraria al matrimonio. Pero ya sea por las constantes propuestas recibidas, o quizás a instancias de su padre, decidió ofrecer una oportunidad a sus pretendientes. Si querían casarse con ella deberían vencerla en una carrera, si no morirían.

Pero Hipómenes, aunque tan solo gracias al favor de Afrodita, consiguió vencer en la carrera y hacerse con la mano de Atalanta. Sin embargo el héroe olvidó agradecer a la diosa del amor su intercesión, y ésta, haciendo uso de sus poderes, consiguió que la pareja diese rienda suelta a la pasión en el santuario de Cibeles, quien los convirtió en leones y los obligó a tirar eternamente de su carro.

 


[i] Biblioteca mitológica III, 9, 2.

[ii] Apolonio de Rodas: Argonáuticas.

Alfonso Cuesta

Madrileño de pura cepa, pero bastante helenófilo. Estudié Historia en la UAH y Arqueología del Mediterráneo en la UCM. A veces bebo ouzo y bailo el sirtaki en la playa.

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Alfonso Cuesta
Etiquetas: AtalantaHéroes

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