El bulo del castigo de Crono a Eros
Hemos visto en varias ocasiones en las redes sociales una historia, presentada presuntamente como de la mitología griega, que dice así:
Cupido (Eros) quiso gastar una broma al titán Crono disparándole una flecha dorada mientras dormía, pero lo hizo mal y se la clavó a sí mismo. Por ello, se enamoró de una ninfa. Pero, además, Crono se despertó y le cortó las alas como castigo, condenándolo a vagar entre los mortales.
Este supuesto mito siempre va acompañado de un cuadro de Pierre Mignard en que se escenifica dicho castigo y del que hablaremos más adelante. Pero esta historia no es originaria de la mitología. Vamos por partes.
Esa mezcla de nombres griegos y romanos en esos posts ya llama un poco la atención, pero es lo de menos. Para empezar, cuando Eros hizo su aparición, Crono ya llevaba tiempo encerrado en el Tártaro y no estaba disponible para bromas de nadie.
Indagando un poco nos encontramos que el mito parece provenir de una cuenta de Youtube dedicada a la mitología con 500.000 suscriptores. Explica ese mito con un nivel de detalle pasmoso, pero en ningún caso cita en qué fuentes aparece.
Pinta a bulo desde lejos. O, como mínimo, a mezcla de distintos elementos. Pero continuamos investigando y acudimos nosotros mismos a las fuentes. Nada de nada.
Todo apunta a lo siguiente: Como hemos dicho, esa historia va acompañada de un cuadro de Pierre Mignard. Además, suele ir acompañado de la frase «el amor lo vence todo, pero el tiempo vence al amor». Es una alegoría, no un mito.
También hay que tener en cuenta que el señor Mignard lo pintó con sus buenos 80 años. Que alegoría sí, pero igual también veía cerca a la parca.
Más adelante, parece que el concepto le gustó a Anthony van Dyck e hizo otro con la misma temática. Y es que, a partir de la Edad Moderna, lo de utilizar personificaciones de conceptos como el amor o el tiempo sacados de la mitología para crear estas alegorías se puso muy de moda.
Y no necesariamente tenían un mito asociado. Que a veces sí, no queremos decir con ello que siempre que veamos algo así sea un bulo. La temática de cada cuadro depende de la época, de quién y para qué se encarga, etc. Pero los personajes pueden aparecer sueltos significando aquello a lo que están asociados, sin ninguna historia detrás.
Aquí entra también el lío que hay con el Cronos dios del tiempo, que es un primigenio, y el Crono titán, que era más de comerse a los niños que de castigarlos cortándoles las alas. Ya que estamos, os aclaramos un poco por encima de dónde viene el embrollo.
En la antigua Grecia, el titán padre de Zeus era «krónos», y uno de sus atributos es la hoz porque fue el arma con la que castró a su padre Urano. Por otro lado, el dios primigenio del tiempo era «Jrónos», que era el que se representaba barbudo y alado. Al pasar sus nombres al latín aún se distinguían, siendo Cronus (titán) y Khronos (primigenio). Y al pasar al castellano, ambos se transcribieron igual.
Pero la confusión no es solo por eso; viene ya de tiempos de los romanos. Tenían un dios local de la cosecha, Saturno, que se parecía al titán, así que los asimilaron. Además, con alguna versión de que podía haber huido de Zeus y llegado al Lacio.
Más tarde, Cicerón plasmó una teoría que ya corría por aquel entonces, que es que Crono y Cronos eran el mismo porque que devorara a sus hijos era una metáfora de que el tiempo también nos devora a todos.
Al asimilarse a Saturno, también había adquirido la función de las cosechas y el atributo de la hoz empezó a ser una guadaña. Y ya quedó todo revuelto. De ahí, esa figura se fue volviendo cada vez más un tipo gris y sombrío y se le añadieron otros elementos simbólicos, como el reloj de arena, etc.
Así que, si veis esta historia en las redes sociales —que volverá, porque se viralizan cíclicamente—, que sepáis que el mito que cuenta es falso y se trata solo de una alegoría.
Bibliografía
Miguel Ángel Elvira Barba: Manual de Iconografía clásica. Madrid, Sílex, 2008.