Atlas
Atlas era hijo del titán Jápeto con su sobrina Clímene, y hermano de Menecio, Prometeo y Epimeteo. También fue padre de las Pléyades, las Hespérides, las Híades y de la ninfa Calipso.
Fue uno de los líderes de los titanes en la guerra contra los olímpicos. Al perder, Zeus lo condenó a cargar sobre su cabeza y sus brazos el peso de la bóveda celeste en la entrada del país de las Hespérides.
Según Ovidio, cuando Perseo volvía tras matar a Medusa se detuvo a descansar en el dominio de Atlas, en la lejana tierra del oeste por donde se pone el sol. Para pedirle hospitalidad, el héroe decidió impresionar al titán con su linaje y le dijo que era hijo de Zeus. Lo que Perseo no sabía es que a Atlas le habían dado un oráculo según el cual vendría un hijo de Zeus y se llevaría las manzanas de oro de sus árboles. Pensando que el de la profecía era él, el titán lo rechazó y Perseo, enfadado, lo petrificó con la cabeza de Medusa. Atlas, de enorme tamaño, se convirtió en una gran cordillera y así continuó sujetando el cielo.
Pero Apolodoro nos da otra versión que no encaja con la anterior. Cuando Heracles fue a cumplir con su undécimo trabajo, robar las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, Prometeo le había aconsejado que no las cogiese él, sino que pidiese ayuda a Atlas. El héroe le dijo que sostendría el cielo en su lugar mientras tanto y Atlas cogió tres manzanas, pero después vio la oportunidad de eludir su castigo y le dijo a Heracles que se las entregaría a Euristeo él mismo en su nombre. Heracles fingió aceptar, pero pidió que volviese a aguantar el cielo un momento mientras se ponía una almohada en la cabeza. Atlas cayó en el engaño, ya que, evidentemente, Heracles en cuanto se vio libre recogió las manzanas y se fue.