Aquiles
Aquiles era hijo de Peleo, rey de Ftía, y la nereida Tetis. Esta unión se había producido a instancias divinas, puesto que una profecía decía que su hijo superaría a su padre. Así, a pesar de que Zeus estaba interesado en ella, prefirió no arriesgarse y la casó con un mortal.
Aquiles fue el séptimo hijo de la pareja, pero el único que sobrevivió. Esto se debió a los intentos de Tetis por eliminar la parte mortal de su descendencia mediante el fuego, abrasando así a los niños. Pero Peleo, ya alerta, consiguió impedir que hiciera lo mismo con Aquiles.
Por ello, el matrimonio se separó y Aquiles quedó al cuidado del centauro Quirón. Fue éste quien lo bautizó con el nombre por el que le conocemos, puesto que su nombre de nacimiento era Ligirón.
En la versión más popular, la vulnerabilidad de su talón se habría producido cuando Tetis, siendo Aquiles un bebé, lo había sumergido en las aguas del Estigia para volverlo invulnerable. Pero la parte por la que lo sujetaba quedó sin recibir la acción del agua.
En la Ilíada, la versión más antigua, es Aquiles quien decide ir a Troya. Su madre le había advertido de que, si iba, moriría. Si se quedaba, viviría muchos años, aunque sin gloria. El joven optó por la gloria sin dudarlo.
Sin embargo, es más popular una versión más tardía que dice que Tetis ocultó a Aquiles durante nueve años entre las doncellas de la corte de Esciros. Allí era llamado Pirra —«rubia»— y tuvo un hijo con una de las hijas del rey Licomedes. Ese hijo sería Neoptólemo, que también luchó en Troya. Fue un ardid de Odiseo el que lo descubrió y Aquiles se unió a la expedición aquea.
Antes de partir hacia su destino final, Tetis le regaló la poderosa armadura forjada por Hefesto que tras su muerte sería objeto de disputa entre Odiseo y Áyax. También lo hizo ir acompañado de una esclava que debía impedir mediante sus consejos que matase a un hijo de Apolo, puesto que otra profecía decía que tendría una muerte violenta si lo hacía.
En Áulide, Aquiles no supo que Agamenón había utilizado un supuesto matrimonio con él como excusa para traer a su hija Ifigenia y sacrificarla hasta que fue demasiado tarde. Después, en la isla de Ténedos, tuvo el primer enfrentamiento con Agamenón. También en ese lugar, Aquiles mató a Tenes cuando intentaba raptar a su hermana. Resultó ser hijo de Apolo y, temiendo haber cumplido la profecía, celebró un gran funeral en su honor y mató a la esclava que debía avisarle.
En los primeros años de la guerra de Troya se produjeron varias expediciones en lugares cercanos. Entre ellos destaca la toma de Tebas de Misia, donde Aquiles acabó con la vida del rey Eetión —padre de Andrómaca— y de sus hijos y raptó a la reina. En este mismo lugar fue donde Agamenón capturó a Criseida. En otro acto similar en Lirneso, Aquiles se llevó a Briseida.
Al inicio de la Ilíada se explica que hubo una epidemia en el campamento aqueo. Calcante, el adivino, la achaca a la ira de Apolo porque Agamenón no quiso devolver a Criseida a su padre Crises, que era sacerdote suyo. Al rey no le quedó más remedio que devolverla, pero en compensación le quitó a Aquiles su esclava Briseida. Esto originó la ira que hizo que abandonara la lucha.
En los siguientes combates vencieron los troyanos y Patroclo, el gran amigo de Aquiles, le pidió prestada la armadura para infundir miedo en sus enemigos. Sin embargo, al ser confundido con el propio Aquiles en batalla, Héctor lo mató.
Es entonces cuando Agamenón y Aquiles hicieron las paces y el rey de Micenas le devolvió a Briseida. Pese a que las profecías vaticinaban su inminente muerte, Aquiles se lanzó de nuevo al combate contra los troyanos. Puso en fuga a todos salvo a Eneas, que resistió gracias a la ayuda de Apolo. Aquiles perforó su escudo con su lanza y Eneas intentó lanzarle una gran piedra, pero Poseidón los envolvió a ambos en una nube para protegerlos del peligro.
Héctor también intentó enfrentarse a él en varias ocasiones, pero los dioses no lo permitieron hasta que fuera el momento. Mientras tanto, Aquiles sigue avanzando posiciones hacia la ciudad. Tras capturar a veinte jóvenes troyanos, los sacrifica en el río Escamandro. El dios del río, airado con Aquiles por los cadáveres y la sangre que había vertido en su lecho, intentó matarlo haciendo crecer su caudal. Hefesto lo obligó a dejar de perseguir a Aquiles y volver a su cauce.
Cuando Aquiles y Héctor se enfrentaron, por fin, ante las Puertas Esceas, el combate no terminó hasta que Zeus pesó la suerte de ambos. La de Héctor pesó más y el héroe quedó condenado a morir.
Aquiles arrastró con el carro el cuerpo de Héctor ante las murallas de Troya durante doce días, hasta que su madre, Tetis, le advirtió de que los dioses estaban indignados por su falta de respeto a los difuntos. Príamo fue el único que consiguió ablandarle cuando fue a suplicarle que le devolviera el cadáver de su hijo a cambio de un rescate.
Tras la muerte de Héctor, Aquiles tuvo varios combates destacados. El primero, contra Pentesilea, reina de las Amazonas, que acudió en ayuda de Troya. La guerrera consiguió hacer retroceder a los aqueos, pero sucumbió ante Aquiles. El héroe reparó en su belleza mientras la hería de muerte y se lamentó profundamente por ello. Ante la burla de Tersistes por ello, Aquiles lo mató de un puñetazo.
Otro combate destacable fue contra Memnón, rey de Etiopía e hijo de Eos y Titono.
Sobre su muerte hay dos versiones:
La más antigua lo sitúa combatiendo. Apolo le ordenó retirarse y, ante su negativa, bien el mismo dios le lanzó una flecha al talón, su único punto vulnerable, o bien actuó a través de Paris.
Otra versión más tardía, pero muy popular, está muy relacionada con Políxena, la hija de Príamo y Hécuba. Aquiles se habría enamorado de ella, bien al verla en la embajada para pedir el cuerpo de Héctor, bien en una fuente junto a su hermano Troilo cuando Aquiles lo mató. Pidió su mano, e incluso algunas versiones dicen que se ofreció a cambiar de bando y luchar junto a los troyanos.
El pacto debía decidirse en el templo de Apolo Timbreo y Aquiles se presentó allí sin armas, pero sufrió una emboscada. Paris, escondido tras la estatua del dios, le disparó una flecha.
Sea como fuere, alrededor del cuerpo se produjo una gran lucha y Áyax y Odiseo consiguieron llevarlo hasta el campamento aqueo. Tetis ofició el funeral y después llevó su cuerpo a la Isla Blanca, en la desembocadura del Danubio.
Mientras tanto, la poderosa armadura de Aquiles forjada por el propio Hefesto fue objeto de disputa entre Áyax y Odiseo. En un juicio con los demás aqueos presentes y con los presos troyanos como jurado, Odiseo resultó ganador. Este acontecimiento acabaría desembocando en la muerte de Áyax.
Tras la victoria aquea, el fantasma de Aquiles se apareció para pedirle a su hijo Neoptólemo que sacrificada a Políxena sobre su tumba como venganza.
En la Odisea aparece en los Campos Elíseos junto a sus compañeros caídos, mientras que algunas leyendas lo sitúan tras su muerte casado con Helena en la Isla Blanca.