Asclepio fue hijo de Apolo y la mortal Coronis, a quien el dios mató por serle infiel. Sin embargo, Apolo lo salvó de la pira funeraria y lo entregó al centauro Quirón para que lo educara. El tutor se sentía orgulloso de su joven aprendiz, a quien enseñó el uso medicinal de las hierbas.
Quirón tenía una hija llamada Ocírroe, hija de la ninfa Cariclo. Ésta podía ver el futuro y con frecuencia se lo contaba a su padre. Siendo niño Asclepio, Ocírroe le reveló su destino; crecería para llevar la salud a todo el mundo, e incluso sería capaz de devolver la vida a los muertos, pero el rayo de Zeus le impediría continuar haciéndolo.
También vaticinó la muerte de su padre, y por revelar estos secretos fue castigada por los dioses y convertida en yegua.
Efectivamente, Asclepio creció y se convirtió en el patriarca de una importante familia dedicada a la medicina. Se casó con Epíone y tuvo varias hijas que fueron divinidades menores:
Tenía también dos hijos varones dedicados igualmente a la medicina, Polidario y Macaón, ambos pretendientes de Helena. Destacaron en la Guerra de Troya curando a heridos.
Asclepio, como había predicho la hija de Quirón, obtuvo la habilidad de devolver la vida a los muertos y esto hizo con Hipólito, el hijo de Teseo. Temeroso de ese poder, Zeus fulminó a su nieto con un rayo. En venganza, Apolo mató a los cíclopes que en su día construyeron el arma divina de Zeus.
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