Episodios

Apolo y Coronis

Coronis de Larisa era la hermosa hija de Flegias, rey de los lapitas. El dios Apolo se fijó en ella e iniciaron una relación, pero un día la muchacha le fue infiel con Isquis, un joven de Tesalia.

Un cuervo, animal consagrado al dios, fue testigo de esto y voló raudo a avisar a su amo. Por el camino, una corneja intentó avisarle de lo que le podía pasar por ser portador de malas noticias para un dios, por noble que fuera su intención. Pero el cuervo ignoró su advertencia y contó todo a Apolo.

El dios, al enterarse, se quedó tan sorprendido que hasta se le cayó la corona de laurel. Lleno de ira, cogió su arco y disparó. La flecha atravesó el pecho de Coronis, que se lamentó porque el castigo no hubiera llegado después de dar a luz; la chica se encontraba embarazada del dios.

Al momento, Apolo se arrepintió e intentó salvarla con sus artes curativas, pero ya era tarde. Coronis estaba muerta. La depositó en la pira funeraria, pero no era capaz de permitir que su hijo nonato se perdiese también entre las llamas, así que lo sacó del vientre de su madre y lo entregó al centauro Quirón para que lo criara. Este niño sería Asclepio, el futuro dios de la medicina.

El cuervo, por su parte, esperaba ser recompensado por sus servicios, pero, como le había dicho la corneja, los dioses muchas veces solían castigar al mensajero. El ave, originalmente blanca, fue convertida en negra y condenada a ser identificada con los malos presagios.

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