Hipnos era la personificación del Sueño. Era hijo de la Noche y la Oscuridad, los dioses primordiales Nix y Érebo respectivamente. Se trataba de un ser alado capaz de recorrer grandes distancias a mucha velocidad, cuya función era la de infundir el sueño.
Según Ovidio, su palacio se situaba en las profundidades de una caverna cerca de Cimeria. A él no llegaban los rayos del sol y estaba sumido en las tinieblas. Nadie habla, ningún animal hace ruido, e incluso las aguas del río del Olvido, que brotan allí de una roca, no hacen más que un murmullo que también adormece. Crecen allí distintas plantas narcóticas como la adormidera. No hay puertas que rechinen, solo una cama de ébano y plumas en el centro, donde entre sábanas negras descansa Hipnos.
El único episodio en el que participa es el de Endimión y Selene, concediéndole al primero el sueño eterno con los ojos abiertos para contemplar a su amada.
En algunas versiones, los oniros, las personificaciones del sueño, son sus mil hijos. En otras serían hermanos suyos, hijos de Nix y Érebo. Conocemos, también por Ovidio, el nombre de tres de ellos:
Su hermano gemelo, Tánatos, era también un ser alado. Su función era la de llevar la muerte a los vivos. No era el responsable de todas las muertes, sino de las no violentas.
No tiene mitos en los que sea la figura central, pero aparece brevemente en el de Admeto y Alcestis luchando contra Heracles, y en el de Sísifo siendo engañado por éste para escapar de la muerte.
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