Olímpicos

Deméter

Deméter era una de las diosas de la primera generación, hija de Crono y Rea y hermana mayor de Zeus. Era, además, una de las más importantes al ser la diosa de la agricultura. En ocasiones se la considera olímpica y en otras no, puesto que vivía alejada del resto de dioses. No tiene presencia en demasiados episodios, pero en la vida religiosa de los griegos era la más adorada a través de los misterios eleusinos. Lógicamente, el sustento principal de los mortales era la agricultura y por ello el culto a Deméter era de los más importantes.

No tuvo un consorte oficial, pero sí tuvo descendencia con sus hermanos Zeus y Poseidón. Con el primero tuvo a Perséfone, que es el motivo del episodio más célebre de Deméter. Hades raptó a su hija mientras estaba en compañía de unas ninfas, a las que castigó convirtiéndolas en las sirenas. Deméter se deprimió tanto que desatendió la tierra mientras la buscaba y todo murió.

Finalmente, Zeus se cansó de esta situación y mandó a Hermes a buscar a Perséfone, pidiéndole que mientras salía del inframundo no comiera nada. Bien porque Hades la engañó, bien porque no estaba tan a disgusto con su raptor, el caso es que comió seis semillas de granada y eso la ató al infierno. A partir de ese momento tuvo que pasar seis meses como reina del inframundo, en los que la tierra languidecía —invierno— y otros seis junto a su madre, momento en el que todo volvía a florecer —verano—.

Pero mientras buscaba a su hija tuvo ciertos percances. Uno de ellos fue su encuentro sexual no deseado con su otro hermano, Poseidón. Deméter se negó a yacer con él y tomó forma de yegua. Se ocultó entre más caballos, pero su divinidad llamaba la atención y Poseidón tomó la forma de un semental para violarla. Fruto de esta unión nacieron una hija, Despena, que se convirtió en una de las figuras centrales del culto eleusino, y un caballo negro llamado Arión que tenía el don del habla.

Otro episodio destacable que ocurrió durante esta búsqueda es precisamente el que dio origen a los misterios eleusinos. El rey de Eleusis acogió a Deméter mientras viajaba de incógnito y, en agradecimiento, quiso hacer inmortal a su hijo mayor. Pero los reyes interrumpieron el proceso y cambió la recompensa por enseñar al menor, Triptólemo, el arte de la agricultura. Él fue quien lo difundió por toda la tierra y marcó el inicio de estos ritos anuales.

Pero no todas sus relaciones con el sexo opuesto fueron forzadas. Deméter se enamoró en una ocasión de un hijo de Zeus y la pléyade Electra, Yasión. Éste se inició en los misterios de la diosa y los difundió por Grecia. La conoció en la boda de Cadmo y Harmonía y se enamoraron. De su unión nacieron Pluto, personificación de la riqueza, y Filomelo. Pero Zeus no aprobaba la relación y terminó con ella fulminando a su propio hijo Yasión con un rayo.

Aparece en menor medida en otros mitos. En el del banquete de Tántalo, es la única diosa que no se da cuenta de que la carne servida es humana y se come accidentalmente el hombro de Pélope.

 

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