La cólera

Tras el éxito que tuvieron Javier Olivares y Santiago García con el premiado Las meninas (2015), su siguiente propuesta les llevó ni más ni menos que a los terrenos de la mitología clásica. En concreto, este La cólera (2020) se trata de un retelling de la Ilíada en clave ¿trans? O al menos, por decirlo de alguna manera, con una mirada transgresora.

No pretendemos destripar toda la trama del cómic, por lo que solo daremos unos pequeños esbozos para que podáis disfrutar de la obra plenamente. La primera mitad de la obra se desarrolla de una manera prácticamente canónica: Aquiles, el gran héroe aqueo, entra en cólera cuando el caudillo Agamenón le despoja de su esclava Briseida y deja de combatir contra los troyanos. Pero por el camino descubrimos que este Aquiles no es el Aquiles que conocemos, no busca la gloria. Echa de menos su infancia en Esciros como Pirra, unos tiempos donde brillaba el amor y no la guerra. Esto lleva a un giro, literal, en la historia; que acaba convirtiéndose en una distopía y en una gran metáfora antibelicista. ¿Consiguen los autores llegar a ello con éxito? Eso os tocará decidirlo a vosotros.

Por mi parte he de reconocer que la historia no me ha entusiasmado. Aprecio el esfuerzo de los autores en querer darle otra vuelta de tuerca a una historia tan conocida, pero la manera en que se hace no me ha resultado redonda. Sí me ha gustado bastante el estilo de dibujo de Olivares, que además nos regala un montón de splash pages, en especial al principio de la historia. Eso por sí solo, además de la vocación artística general de toda la obra, podría hacer merecedor de un sitio en la estantería a este cómic. En especial teniendo en cuenta la bonita y cuidada edición, algo a lo que tan acostumbrados nos tiene la editorial Astiberri.

Sin embargo hay muchas otras cosas que me han sacado de la historia. Y no hablo necesariamente de la parte no canónica del argumento, sino de detalles como el uso de lenguaje vulgar entre los héroes aqueos y, concretamente, de la representación de Áyax como el típico bárbaro tontolaba. Creo que le quitan seriedad a un cómic con ciertas pretensiones.