Hipsípila y las lemnias
En la isla de Lemnos, las mujeres habían dejado de venerar a Afrodita. La diosa se enfureció por ello e hizo que olieran todas mal y causaran rechazo a sus hombres. Éstos se fueron a tomar mujeres cautivas a Tracia para unirse a ellas y las lemnias, en venganza, los asesinaron a todos. Pero Hipsípila, hija del rey Toante, se compadeció de su padre y lo ocultó[1]. Ella asumió entonces el cargo de reina.
Cuando los Argonautas se detuvieron allí camino a la Cólquide encontraron una isla sin hombres y aprovecharon para yacer con las mujeres. El propio Jasón tuvo una aventura amorosa con Hipsípila y de ella nacieron los mellizos Euneo y Nebrófono.
Su estancia se prolongó tantos días que Heracles les reprendió y decidieron continuar su camino. Jasón prometió a la reina que volvería, pero no lo hizo. Mientras tanto, las lemnias descubrieron que Hipsípila había perdonado a su padre y se encargaron ellas mismas de matarlo. A ella la vendieron como esclava, o bien consiguió huir y fueron unos piratas quienes lo hicieron. Sea como fuere, acabó sirviendo al rey Licurgo de Nemea como niñera de su hijo Ofeltes.
Notas
[1] O bien lo ayudó a huir por mar hacia la isla Táurica, que hoy es la península de Crimea.