Cástor y Pólux, los Dioscuros
Cástor y Pólux, conocidos como los Dioscuros, eran los mellizos hijos de Leda, reina de Esparta. Después del encuentro con Zeus metamorfoseado en cisne, Leda yació con su marido Tindáreo. Quedó embarazada de ambos y puso dos huevos. De uno nacieron Pólux y Helena, hijos de Zeus e inmortales. Del otro, Cástor y Clitemnestra, hijos de Tindáreo y mortales.
Cuando Teseo y Pirítoo descendieron al Hades a pedir la mano de Perséfone, Cástor y Pólux arrasaron el Ática para liberar a su Helena. Teseo la tenía secuestrada en la fortaleza de Afidna. Además de a su hermana, se llevaron a Etra, la madre de Teseo. También expulsaron de Atenas a su hijo para poner en el trono a Menesteo.
Participaron en los dos grandes acontecimientos de la época: la expedición de los Argonautas y la cacería del Jabalí de Calidón. Cástor destacó por ser un gran domador de caballos, mientras que Pólux fue un excelente luchador.
En la boda de sus primos paternos Idas y Linceo, los mellizos secuestraron a las respectivas novias. Las versiones difieren en si la lucha se produjo inmediatamente o si pasaron años y tuvieron hijos con ellas. En ésta última, sus primos no reclamaron a sus mujeres. Sin embargo, tras una expedición a robar ganado que habían planeado los cuatro, discutieron por el reparto de lo sustraído. Cástor y Pólux emboscaron a sus primos, pero Idas mató a Cástor. Pólux, por su parte, mató a Linceo, pero quedó herido.
Zeus intervino, fulminó con un rayo a Idas e intentó ascender a Pólux entre los dioses, pero él se negó a ir sin su hermano. Su progenitor permitió que se turnaran entre el cielo y el Inframundo en días alternos.
Para cuando Paris secuestró a Helena, los Dioscuros ya habían sido divinizados. De ahí su ausencia en la expedición aquea.
Por su buena relación de fraternidad, Zeus los inmortalizó en el cielo en la constelación de Géminis.