La fabulosa historia de Aquiles

Precioso libro ilustrado que cuenta, «tal y como se lo narraron las sirenas a Luc Lefort frente a las costas de Troya», la fabulosa historia de Aquiles.

Orientado al público infantil (a partir de 9 años) es, no obstante, disfrutable a cualquier edad. Posee un dibujo bonito y colorido, con un estilo un tanto anguloso pero interesante. Todo ello acompañado de bastante texto. No es un cómic, aunque lo parezca, ni un simple libro ilustrado al uso, sino algo entre medias. Además de ilustraciones a una página, podemos disfrutar también de viñetas… aunque el texto esté en un lateral, o abajo, y no en forma de bocadillos. Es, desde luego, un formato curioso que facilitará la lectura a los más pequeños. Además, de esta manera nos permite disfrutar plenamente de las llamativas ilustraciones de Raphäel Gauthey, lo cual es de agradecer.

En mi opinión este libro supone una excelente manera de acercarse a la Ilíada, pues tanto el texto como las ilustraciones están muy cuidados. A excepción de un par de licencias del autor, el argumento está tratado con bastante rigor, ciñéndose siempre a las fuentes clásicas. Y el dibujo no sólo ejerce de mero acompañante del texto sino que posee valor propio; solamente por las ilustraciones ya merece la pena hacerse con un ejemplar del libro. Queda, por lo tanto, recomendado a todos a los que os guste la mitología o queráis introducir a vuestros hijos en la literatura épica griega.

¿Y qué se cuenta en el libro? Pues la historia comienza con el príncipe troyano Paris explicando a sus hermanos Héctor, Casandra, Políxena y Troilo un sueño (ya sabemos que ocurrió de verdad 😉 ) en el que las tres diosas más presumidas (Hera, Atenea y Afrodita) compiten por la manzana de la discordia, destinada a la más bella. Es precisamente el juicio de Paris lo que determinará a la ganadora y, a la par, lo que provocará la futura Guerra de Troya; pues Afrodita promete a Paris que le otorgará el amor de la mujer más hermosa de la tierra, Helena de Esparta, si la elige a ella. Dicho y hecho.

La acción salta a Grecia, donde los jóvenes Aquiles de Ftía y Patroclo de Oponte se entrenan bajo la atenta mirada del centauro Quirón. El padre de Aquiles, Peleo, acaba de regresar de su misión junto a los demás argonautas en la que consiguieron hacerse con el vellocino de oro. Les cuenta también que el rey Agamenón prepara una nueva expedición, pues su hermano Menelao ha perdido el juicio tras ver cómo el desagradecido Paris raptaba a su esposa Helena.

El resto de la historia ya la conocéis. Odiseo (aquí Ulises) y Diomedes viajan a Esciro y convencen a Aquiles para que se enrole en la expedición aquea. Éste recibe la profecía (aquí de boca del adivino Calcas y no de su madre Tetis) que le asegura que si marcha a Troya morirá joven, aunque a cambio será recordado eternamente. Las ansias de gloria facilitan la elección.

Tras nueve años combatiendo a las puertas de Troya llega un momento trascendente de la guerra. Agamenón arrebata a Aquiles su botín de guerra, ni más ni menos que la bella Briseida. El héroe de pies ligeros se ofende y decide no volver a combatir. Patroclo acude a la batalla en su lugar y muere a manos de Héctor. Aquiles mata a Héctor, y Paris mata a Aquiles con una flecha guiada por Apolo que le impacta en su único punto débil: el talón. El gran héroe Aquiles no vivirá para ver caer Troya.

El libro finaliza con el funeral de nuestro héroe en el Cabo Sigeo. «Aquella isla blanca, en el mar Egeo, ningún navegante la ha encontrado jamás».