Antes de estar casado con Hera, Zeus conoció a la oceánide Metis, quien fue de hecho su primera esposa. Pero cuando esta se encontraba encinta, Zeus recibió una profecía de Urano y Gaia: «de ella tendrás primero una hija, la más sabia de todas, pero el segundo hijo que Metis engendre contigo estará destinado a gobernar el mundo». Zeus, temiendo que aquel futuro hijo le destronase como rey del Olimpo resolvió tragarse a Metis y así evitar aquellos nacimientos.
El plan pareció funcionar. Zeus se casó con su hermana Hera y tuvieron cinco hijos, entre ellos los olímpicos Ares y Hefesto. Pero desde que Zeus se tragase a Metis estando embarazada, el dios del rayo sufría de terribles dolores de cabeza, que con el tiempo se hacían más y más insoportables. Zeus, resuelto a acabar con ellos, le pidió a Hefesto[i] que le clavara un hacha en la frente, en aquel punto donde el dolor era más punzante. Así lo hizo Hefesto, y de la herida abierta surgió una doncella ya adulta, toda ella armada de pies a cabeza y profiriendo un poderoso grito de guerra que hizo temblar los cielos y la tierra. Era Atenea, diosa de la sabiduría y de la estrategia militar, quien con el tiempo acabaría siendo la favorita de Zeus.
[i] Esta es la versión que nos ofrece Píndaro. Existe, sin embargo, otra versión más clásica del mito (que nos cuenta Hesíodo en su Teogonía) según la cual Hefesto nació únicamente de Hera, sin trato amoroso previo, precisamente por enfado de esta con Zeus, al haber nacido de él, en solitario, Atenea.
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