Leda y el cisne
Leda fue una de las muchas mujeres con las que Zeus yació mediante engaño. En este caso se transformó en un cisne y, fingiendo que huía de un águila, se coló en su lecho y se posó sobre ella.
No fue de forma inocente, claro está, puesto que fecundó a la muchacha. Pero ésta no era soltera, si no que estaba casada ni más ni menos que con el rey de Esparta, Tindáreo. Esa misma noche, la pareja también yació junta y engendró hijos.
De esta doble unión, Leda puso dos huevos. De uno nacieron Pólux y Helena, hijos de Zeus e inmortales. Del otro, Cástor y Clitemnestra de Tindáreo, ambos mortales.
Sin embargo, existe otra versión, según la cual, la única hija de Zeus era Helena. En esta versión, la que sufrió el acoso del dios no fue Leda, sino Némesis. Ésta se transformó en oca para escapar de las atenciones de Zeus, pero entonces él adoptó la forma de un cisne para tomarla de todas formas.
Hécate puso un huevo, que fue encontrado por un pastor. El hombre se lo regaló a su reina, Leda, y de él nació Helena. La pareja real la acogió y crio como si fuera hija suya.