Hero y Leandro
En las orillas del lejano Helesponto había dos ciudades separadas por el mar, Abido y Sesto. Y como sus ciudades, enfrentadas, estaban las familias de dos jóvenes enamorados. Hero, sacerdotisa de Afrodita, vivía en Sesto, en una torre. Un día, en una fiesta, conoció a un muchacho de Abido. Leandro era su nombre.
Pero la familia de Hero se oponía a que ésta tuviese cualquier tipo de relación, pues según las normas del sacerdocio no estaba permitido el matrimonio. Pero el amor entre los dos jóvenes era mayor que las imposiciones familiares, y pronto empezaron a verse en secreto.
Mas no era tarea sencilla. Cada noche, Hero encendía una antorcha en lo alto de la torre en la que vivía para que su amado, desde la otra orilla, pudiese localizarla. Era entonces cuando Leandro se lanzaba al mar y cruzaba a nado el Helesponto para reunirse con Hero. Tras pasar la noche juntos, con los primeros rayos del sol Leandro volvía a echarse al mar, logrando regresar a tiempo a su casa antes de que nadie notase su ausencia.
La situación duró meses sin que unos y otros familiares descubriesen el amor secreto entre Hero y Leandro. Pero llegó el invierno, y durante una fría y ventosa noche la antorcha se apagó de manera súbita, dejando completamente a oscuras la torre.
Era tales las ráfagas de viento que, por mucho que lo intentase, Hero fue incapaz de restaurar la llama. Leandro, que se encontraba ya a medio camino, intentó mantener el rumbo hacia la casa de Hero. Sin embargo, la negrura de aquella noche de invierno era tal que al poco tiempo ya se encontraba totalmente desorientado.
Pero no cesó en su empeño. No al menos hasta que, extenuado tras haber nadado incesantemente durante horas, Leandro finalmente se quedó sin fuerzas y acabó ahogándose. Hero, terriblemente inquieta, también se había pasado toda la noche mirando a través de su ventana, intentando atisbar alguna señal, la más mínima, que le permitiese conservar la esperanza de reencontrarse con su amor.
Pero el infortunio quiso que, llegada ya la mañana, las olas arrastrasen hasta la orilla un cuerpo inerte. Era Leandro, y Hero, abrumada por el dolor y la tristeza, se arrojó desde la torre para unirse en la muerte con su amado.