El sacrificio de Ifigenia
La flota aquea había quedado fondeada en Áulide. El mar estaba en calma y no soplaba ni la más mínima brisa que permitiera la navegación hacia Troya, su destino. Calcas, el adivino que los acompañaba, le dijo…
La muerte de Heracles
Años después de su desencuentro con el rey Éurito por la mano de la joven Yole, Heracles decidió vengarse de él. Para ello fue hasta Traquis y reclutó un ejército al que se unieron arcadios, malios y…
Dioniso y Ámpelo
Ámpelo era un joven, hijo de ninfa y sátiro, que vivía en las montañas de Frigia. De la misma edad que Dioniso, aunque incluso más bello que el dios, ambos muchachos se convirtieron en compañeros de juego…
La muerte de Quíone
Quíone era una joven de extraordinaria belleza a quien no le faltaban los pretendientes, tanto humanos como divinos. En una ocasión, Apolo y Hermes la vieron a la vez y ambos la desearon ardientemente. El primero decidió…
La ceguera de Polifemo
Arrastrados por la corriente, Odiseo y su tripulación se aproximaron a la tierra de los cíclopes (gigantes de un solo ojo), quienes vivían tranquilamente del pastoreo, ajenos al mundo de los humanos. Dejando el resto de las…
Atreo y Tiestes
Atreo y Tiestes eran hermanos gemelos, hijos de Pélope e Hipodamía. No tenían un historial muy limpio, pues entre los dos habían asesinado a su hermanastro Crisipo a instancias de su madre. Como resultado de ello, Pélope…
La espera de Argos
Cuando el rey Odiseo partió hacia la Guerra de Troya, no solo dejó en Ítaca a su mujer Penélope y a su hijo Telémaco. También su querido perro Argos, a quien Odiseo había criado, se quedó sin…
Heracles y el asesinato de Ífito
Al acabar sus trabajos, Heracles quería volver a casarse. Llegó a sus oídos que Éurito, rey de Ecalia, había ofrecido la mano de su hija Yole a quien pudiera vencerlo a él mismo y a sus hijos…
Ésaco y Hesperie
Ésaco fue hijo de Príamo, rey de Troya, y Alexíorre, una ninfa hija del río Granico. Nació a la sombra del monte Ida[1] y siempre rehuyó la ciudad. A pesar de ser un príncipe troyano, no asistía…
La indiscreción de Lara
Cuando los dioses griegos se habían instalado en Roma y cambiado sus nombres, Júpiter (Zeus), como era habitual en él, se enamoró de una náyade, la bella Juturna. Pero ella, inmune a los deseos amorosos del dios,…