Odiseo en el palacio de Circe
Tras el incidente con los lestrigones, los supervivientes de la flota de Odiseo llegaron a la costa de la isla de Eea y, sigilosamente, atracaron en un puerto natural, donde permanecieron dos días y dos noches recuperándose…
El juicio de las armas de Aquiles
Tras la muerte de Aquiles se celebraron los habituales juegos fúnebres en su honor, y en ellos destacaron los principales héroes aqueos. Pero, al terminar las pruebas, Tetis quiso regalar la armadura y las armas que Hefesto…
Odiseo y las sirenas
Tras regresar de su descenso al Hades, Odiseo y sus hombres volvieron a recalar en la isla de Eea, donde vivía Circe. Tenía que enterrar el cuerpo de su compañero Elpenor antes de proseguir su viaje. Allí,…
El abandono de Filoctetes
Filoctetes, hijo del rey de Melibea, es célebre por ser quien encendió la pira de Heracles a su muerte y recibió de él su arco y sus flechas. Pero, además, había sido uno de los pretendientes de…
El caballo de Troya
Los aqueos no habían sido capaces de conquistar Troya en diez años y, tras la muerte de Aquiles, sus posibilidades de ganar habían disminuido. Entonces, Odiseo[1] tuvo una idea brillante; le pidió a Epeo que construyera un…
La ceguera de Polifemo
Arrastrados por la corriente, Odiseo y su tripulación se aproximaron a la tierra de los cíclopes (gigantes de un solo ojo), quienes vivían tranquilamente del pastoreo, ajenos al mundo de los humanos. Dejando el resto de las…
La espera de Argos
Cuando el rey Odiseo partió hacia la Guerra de Troya, no solo dejó en Ítaca a su mujer Penélope y a su hijo Telémaco. También su querido perro Argos, a quien Odiseo había criado, se quedó sin…
El sino de Protesilao
Laodamia era hija de Acasto y Astidamia, los reyes de Yolco. Cuando llegó la hora de su casamiento se prometió felizmente con el príncipe Yolao, hijo de Ificles (no confundir con el hermanastro de Heracles) y Diomedea,…
Aquiles en Esciros
Una vez reclutado Odiseo, la expedición aquea se dirigió en busca de otro de sus grandes héroes, el poderoso Aquiles, al que, al contrario que al rey itacense, no le ataba juramento alguno. Sin embargo la madre…