«Wonder Woman», de George Pérez

Año 1985, la histórica editorial de cómics DC decide que es el momento de restaurar su universo y empezar de cero, utilizando para ello el macroevento llamado Crisis en Tierras Infinitas. Wonder Woman, que había sido creada en 1941 por Charles Moulton (pseudónimo del famoso psicólogo William Moulton Marston), había pasado sin lugar a dudas por mejores épocas y la serie se encontraba desde hacía años caminando sin rumbo fijo, con historias que iban desde la pérdida de sus poderes y la apertura de una tienda de ropa a aprender artes marciales orientales y convertirse en espía.

Wonder Woman desviando las críticas del patriarcado

He aquí que en un momento tan crítico para el personaje surgió el interés de una de las estrellas del cómic del momento, George Pérez, por reflotar a la mujer maravilla. Inspirado por el éxito que habían tenido el Superman de John Byrne y el Batman de Frank Miller, y armado con una máquina de escribir y sus instrumentos de dibujo, el artista estadounidense de origen puertorriqueño nos obsequió con, probablemente, la mejor etapa que jamás viera la amazona.

Este segundo volumen de Wonder Woman, iniciado en 1987, se caracterizaría por ser una aproximación mucho más profunda a la mitología clásica. No solo se reescribiría el origen de la guerrera amazona, sino que ésta pasaría a ser embajadora de buena voluntad, mostrándole al resto de las naciones las bondades de su matria Themyscira, la Isla Paraíso.

Por el camino, por supuesto, salvará el mundo en repetidas ocasiones y se enfrentará a enemigos tan poderosos como puedan ser Ares, dios de la guerra, y sus hijos Deimos y Fobos.

No serán estos los únicos personajes mitológicos que se dejen ver por la serie, claro. Así, entre las páginas de Wonder Woman veremos aparecer a Harmonía, Circe, Ixión, Polifemo… y por supuesto a Heracles (gran enemigo/amante de su madre, la reina Hipólita) y a Hermes (que se erigirá como dios protector, y enamorado no correspondido, de la guerrera amazona). Todo ello sin olvidar al resto del panteón olímpico, obviamente, que también aparece en numerosas ocasiones.

Un Olimpo de lo más escheriano, ¿no os encantaría vivir en él?

Tras una ayuda inicial de Greg Potter y Lein Wein con los guiones, Pérez se convertirá en artista total de la serie hasta su número 24, cuando ceda los lápices a otros artistas y se centre en el argumento. En esta tesitura continuará hasta el número 62, cuando finalmente abandone la serie tras ciertas discrepancias con la editorial por el nulo tratamiento de estrella que le estaban dando al personaje de Wonder Woman en su 50 aniversario. No obstante, George Pérez (1954-2022) dejó para su legado, y nuestro disfrute, una excelente etapa de cinco años, de los cuales al menos los dos primeros (cuando también se encargó del dibujo) se han convertido en una de las más celebradas obras de la historia del cómic de superhéroes. Que la gloria de Gaia sea con él.